Tribu Urbana: Cosplayer Ficción fuera de la ficción


El término costume play proviene del inglés, significa ‘juego de disfraces’. El juego consiste en disfrazarse de algún personaje (real o inspirado) de manga, anime, película, libro, videojuego o, incluso, de cantantes de grupos musicales e intentar interpretarlos en la medida de lo posible de la manera más consecuente.

Corrían los años setenta en Japón y un determinado grupo de “freaks”, como pensarían o pensaran algunos, demasiado enamorados de sus historietas (manga) y series animadas (anime), comenzaron a disfrazarse de sus personajes favoritos fuera de su casa.

El ritual se fue convirtiendo en una pasión, similar a la que experimenta el que se pone la camiseta de cualquier equipo y finge ser determinado jugador. Pero aquí la pasión radicaba en la de interpretar lo mejor posible a aquel personaje. No era extraño mirar a los adolescentes y adultos convertidos en andróginos o sexys seres, en monstruos plausibles y excéntricos personajes animalizados.


De esta manera nació el Cosplay, una forma de tribu urbana que con el tiempo fue inundando un país cargado de tabúes y que estaba poco a poco surgiendo en un mundo tendiente a globalizarse.

Mientras tanto, en América, el grupo, siempre caracterizado por abarcar personas de estratos sociales medios y altos, se desconocía de aquellos, aunque no era extraño ver supermanes y chicos starwars jugando en algún patio.

La era de la comunicación digital exportó aún más toda aquella amalgama de ideas, y el Cosplay se universalizó, convirtiéndose en un fenómeno donde la “devoción” puede revivir algún que otro fetiche.
Libera de cierta manera a sus participantes que, ocultos en sus interpretaciones, escapan a sus realidades. A la chica tímida del barrio la puedes llegar a mirar, en alguno de los festivales que se realizan, convertida en una sexual guerrera de falda corta. Al más “mero macho”, ataviado con la ropa de una “Sailor Moon” y, de esta manera, la personalidad diaria es enterrada por unas breves horas para convertirse en ese ser que se amaría ser en la realidad.

El gran crecimiento que posee actualmente el Cosplay en Costa Rica y el mundo lo caracteriza y lo convierte en una tribu urbana muy reciente en estas latitudes, pero que ya posee sus más de 30 años a nivel global. Tiene sus palabras, imágenes y símbolos sociológicos, expresados de forma tal que son fáciles de encontrar.

Aunque quizás sea un producto más, consecuencia de la Internet, sólo el tiempo determinará su duración en un mundo que se dirige a nuevos rumbos y cambios.

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